Este discurso se pronunció hace tiempo en Méjico. Fue censurado. El caso es que a mi me cuadra punto por punto con la actual situación de nuestro país. Verdades como puños. Es como la si una misma obra fuera interpretada por distintas orquestas.
Y me da por preguntarme: Si aquí en España quedara algún político con capacidad moral suficiente para pronunciarlo en el parlamento, ¿cuál sería la reacción de sus compañeros del hemiciclo? ¿qué dirían los periódicos? ¿Lo silenciarían en las emisoras de radio y tv, o le darían la difusión merecida? Silenciaría el gobierno el mensaje? Me temo que simplemente lo ridiculizarían, mecanismo infalible de desinformación para descalificar cualquier postura contraria a la oficial.
Quién puede alzar la voz para decir que ya está bien, que no se puede seguir dando patadas hacia adelante para aplazar los problemas, pues ello implica agravarlos más. Que todo lo que sea prolongar esta situación es perder un tiempo precioso para cambiar el rumbo equivocado, de absoluta deriva de nuestra sociedad hacia una insalvable corriente que nos estrellará contra las rocas.
Hubo un tiempo que pensaba que la monarquía era la salvaguarda de su pueblo. Hoy el rey no tiene esa capacidad moral necesaria. Está acabado como hombre y como estadista. Si su hijo no asume la responsabilidad histórica que se le presenta, por mi que se vaya con viento fresco a donde le plazca.
Y me da por preguntarme: Si aquí en España quedara algún político con capacidad moral suficiente para pronunciarlo en el parlamento, ¿cuál sería la reacción de sus compañeros del hemiciclo? ¿qué dirían los periódicos? ¿Lo silenciarían en las emisoras de radio y tv, o le darían la difusión merecida? Silenciaría el gobierno el mensaje? Me temo que simplemente lo ridiculizarían, mecanismo infalible de desinformación para descalificar cualquier postura contraria a la oficial.
Quién puede alzar la voz para decir que ya está bien, que no se puede seguir dando patadas hacia adelante para aplazar los problemas, pues ello implica agravarlos más. Que todo lo que sea prolongar esta situación es perder un tiempo precioso para cambiar el rumbo equivocado, de absoluta deriva de nuestra sociedad hacia una insalvable corriente que nos estrellará contra las rocas.
Hubo un tiempo que pensaba que la monarquía era la salvaguarda de su pueblo. Hoy el rey no tiene esa capacidad moral necesaria. Está acabado como hombre y como estadista. Si su hijo no asume la responsabilidad histórica que se le presenta, por mi que se vaya con viento fresco a donde le plazca.